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miércoles, 26 de junio de 2013

LOS DÉSPOTAS Y CACIQUES CONTINÚAN EN NUESTRA ESPAÑA…

España se hizo demócrata sin demócratas e ingresó en la Unión Europea sin entrar en Europa, como los malos estudiantes que pasan por la Universidad sin que la Universidad pase por ellos, y por el camino que van los recortes, creo que ni podrán entrar con las decisiones sin argumentos que nos está dando el malogrado e ineficaz Ministro de Educación. Por eso el país sigue en manos de políticos prevaricadores, alcaldes feudales elegidos por el pueblo, caciques decimonónicos avalados por la democracia y toda una red, inmensa y asfixiante, de empresas e instituciones parasitarias donde se accede a dedo y no se exige más que fidelidad al benefactor (buen ejemplo tenemos en Alhaurin de la Torre). Mala Administración española, donde se imponen la dedocracia y los nombramientos políticos, sin que nadie asuma sus responsabilidades jamás ni tampoco se corrijan prácticas tan aberrantes.

Un ejemplo claro se ha vivido estos días en la feria de Alhaurin de la Torre, cuando el Alcalde Joaquín Villanova derribó con alevosía y nocturnidad la caseta de Feria construida con el 100% de materiales reciclables del Grupo de ELECTORES, incumpliendo así su propio Decreto de Alcaldía, porque no le gustaba. El pueblo pudo comprobar el despotismo y caciquismo de este Alcalde siguiendo su línea de que él tiene el poder y los demás son sus súbditos que tienen que agachar la cabeza y no decir ni “mu”. Se paseó por la feria con su séquito de “amigotes” y banda de música, me recordó inmediatamente la extraordinaria película de “Bienvenido Mr. Marshall” del gran director y guionista Garcia Berlanga. Y seguimos en los mismos derroteros en pleno siglo XXI.

Un Alcalde que en la propia caseta de su Partido Popular niega en plena feria la prohibición de entrada de los menores de 21 años; uno piensa, ¿Qué harán ahí dentro? Cuando la mayoría de edad es a los 18 años; me decía una madre con carnet de PP que no podía entrar con sus hijos en la caseta que presumiblemente paga con sus cuotas mensuales como afiliada. Piense usted lo que quiera que acertará.

Por eso traigo aquí las diferentes acepciones de la palabra déspota y cacique. Vean amigos lectores y saquen sus propias conclusiones:
1 Se aplica a la persona que abusa del poder político y gobierna de manera despótica, sin límites legales y, generalmente, de forma corrupta y cruel.
2 Se aplica a la persona que abusa de su superioridad, de su fuerza o de su poder en su relación con los demás.
3 Se aplica a la pasión o sentimiento que domina completamente el ánimo y la voluntad de una persona: amor tirano.

Como decía un amigo mío: “Uno ya está hecho a los sinsabores de la vida, a la estupidez humana y a los abusos de los “manda mucho” y asimilados”. En efecto, los regímenes cambian, las caras son otras, las “ideologías” dicen ser diferentes… pero es mentira, nada cambia, es un quítate tú que me pongo yo y darle una manita de pintura al “chiringuito político” para que parezca que algo ha cambiado. Así recuerdo aún nítidamente como con Franco te podías encontrar con alguien que te decía: “Usted no sabe con quién está hablando”, tras lo cual, te cagabas literalmente en los pantalones, pues si no tiraba de pistola, era fácil que te mandase a los grises y lo pagases y con creces.

Pero ahora, en los tiempos que corren, con más de 6.202.700 el número de desempleados y la tasa de paro en el 27,16%4,5, con 1,3 millones de hogares donde nadie trabaja, con unas amenazas serias de recortes en el bienestar social, de un nuevo recorte de las pensiones, de bajadas de sueldo a los funcionarios, de privatizaciones, de congelación de salarios, de supresión de ayudas y prestaciones…, pues claro, los ciudadanos se alborotan y empieza a llamar a las cosas por su nombre: al pan, pan y al vino, vino, al cabrón, cabrón, al hijo de puta, hijo de puta y al fascista (aunque se ponga la piel de socialdemócrata, progre o nacionalista), fascista.

Y claro, esto a los gerifaltes de turno, a los FASCISTAS, CACIQUES Y DÉSPOTAS, que nos gobiernan, pues no les gusta; algunos, más tolerantes, comprensivos y demócratas, lo capean como pueden, otros no.

Por eso, cuando menos se lo espere, el pueblo se levantará y luchará por todo aquello que le han “robado”. El hambre no tiene límites, porque los límites los pone el estómago, la desesperanza, la insolidaridad, la falta de cariño y respeto por aquellos que sufren, la soledad de los desahuciados, el desprecio por los ahorros de las “preferentes”, etc. ¿DÓNDE QUEDO LA ÉTICA? Búsquenla pero no la encontraran, es una rara especie en vía de extinción.

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