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martes, 4 de junio de 2013

EL COLMO DE LA DESVERGÜENZA DE NUESTROS POLÍTICOS…

Hoy, cuando he leído la noticia en una revista, me sorprendí pues no esperaba este auto del Tribunal Supremo. Siempre he creído que las leyes están para hacer justicia, pero una vez más se comprueba que los poderosos siempre saldrán ganando a costa de los pobres, de los más necesitados. Que con ellos no va la ética ni nada por el estilo.

El Tribunal Supremo no ha admitido la querella criminal presentada por Democracia Real Ya contra Mariano Rajoy y otros 62 diputados que cobran la dieta del Congreso por no residir en Madrid, aunque sí lo hacen en viviendas oficiales o propias. Es unas de tantas formas de arruinar las arcas del Estado.

Mediante un auto, del que el ponente fue Alberto Jorge Barreiro, el Tribunal Supremo estima que “lo relevante a efectos jurídicos es que (….) no cabe colegir que por tener una vivienda o varias en Madrid se esté apoderando con ánimo de lucro del dinero del erario público o destinándolo a un fin diferente al asignado específicamente como Diputado, que serían los supuestos tipificables con arreglo a lo previsto en los artículos 432 y 433 del Código Penal”.

El auto considera que los diputados que se compraron viviendas en Madrid para evitar estancias en hoteles y el caso de uno que donó la dieta a una ONG responden a comportamientos admisibles relativos a la “ética personal” de cada uno, “aspectos en los que la jurisdicción penal es claro que no debe entrar”.

Además de Mariano Rajoy, entre los denunciados estaban los ministros Cristóbal Montoro, Jorge Fernández Díaz, Ana Pastor y Fátima Báñez. Ésta última posee en propiedad seis pisos, dos fincas y un solar en Madrid.

Los diputados por Madrid tienen asignada una indemnización por gastos de alojamiento de 870 euros mensuales y los que representan a circunscripciones que no son la de la capital de España otra de 1.823.


La tristeza que actualmente viven los ciudadanos de nuestro país, roza con la desesperación y la amargura por los políticos que nos gobiernan, que solo miran su ombligo. ¿Qué dirán sus familias, sus hijos y nietos cuando lean la historia y vean la forma de gobernar y de vivir que han tenido sus padres? Que no han sido capaces  de ser solidarios con su pueblo que se muere de hambre y sin hogar. ¿Dónde está la ética personal de la que se arrogan como arma de la solidaridad? Siento vergüenza ajena de que estos “tipejos” que nos gobiernan. Este gobierno empobrecen a la gente para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza. Así de trágica es la vida que se está construyendo con estas actitudes del poder establecido. No hay peor sordo que el que no quiere oír ni peor ciego que el que no quiere ver… (resultan inútiles las razones con que se intenta persuadir al que con tenacidad y malicia no quiere atender a las razones de otro).

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